La historia de Clemente (por Munro) 1era parte

La historia de Clemente por Munro


''La Diosa del viento besa el pie del hombre, y de ese beso nace el ídolo del fútbol. Desde que aprende a caminar, sabe jugar. En sus años tempranos alegra los potreros, y en sus años mozos vuela y hace volar en los estadios. Sus artes malabares convocan multitudes, de victoria en victoria, de ovación en ovación. La pelota lo busca, lo reconoce, lo necesita. Él le saca lustre y la hace hablar, y en esa charla de dos conversan millones de mudos.''

Un joven muchacho llegó a un mediocre club de Mendoza llamado Magos Mendocinos. Al llegar ingresó a la institución, para firmar su contrato en inferiores, un señor mayor de edad, gordo y canoso, llamado Carmelo lo atendió, le tomo sus datos y luego le pidió que firme, y quedo sorprendido al ver que tenía manos de pato, Carmelo se quedó callado, por temor de ofender al muchacho.-

Esa tarde llegó a su casa y le contó a sus 9 hermanos y su abuela de 87 años, que había sido admitido en Magos Mendocinos, la abuela ante tanta emoción, falleció en el instante, y el hermoso rostro feliz de Clemente se transformó en un rostro lleno de tristeza, intentó tomar un pañuelo para secarse las lágrimas, pero sus manos de pato se lo impidieron. A las pocas horas debía ir a su primer entrenamiento, así que decidió tratar de olvidarse del lamentable hecho que había ocurrido con su abuela. El DT, armó dos equipos, uno de titulares y el otro de suplentes. Clemente ya había olvidado por completo a su abuela y sólo pensaba en hacer las cosas lo mejor posible en ese partido.

¡GOOOOOOOL!, ese fue el grito de todo el equipo de los titulares, cuando Clemente, impactó la pelota de una manera magistral marcando un verdadero golazo, pero lamentablemente, fue en contra de su propia valla, nadie pudo entender cómo hizo ese gol, ya que estaba apuntando hacia el arco contrario, el DT le preguntó a Clemente qué había ocurrido, y el le contó sobre el mal de los pies de codorniz que lo acosa desde pequeño. Al terminar la charla con el DT, ingresó nuevamente al campo de juego, nuevamente intentó patear al arco, pero los pies de codorniz, hicieron que la pelota se vaya muy alta y se pinche contra el alambre de púas del alambrado. Sus compañeros empezaron a gritar y putear ya que era la única pelota que tenían, era un club muy pobre, uno de sus compañeros se le acercó y le dijo ''Pero la con*** de tu abuela!! ¿Cómo vas a mandarte semejante cagada?''.Los sentimientos de dolor y angustia por la muerte de su abuela, invadieron nuevamente el cuerpo de Clemente, le pegó un escupitajo con un moco color verde Hattrick en la cara al compañero que lo insultó y decidió jugar como nunca lo había hecho.

Iban 25 minutos del segundo tiempo, y Clemente estaba cansado de pedir la pelota y que no se la pasen, sus compañeros ya no confiaban en él, cansado, decidió sacarle la pelota a sus compañeros, que estaban al grito de ''La con*** de tu abuela!!!'', eso lo enfurecía cada vez más, como un relámpago eludió a 5 jugadores, mostrando su fabulosa técnica, y clavó la pelota en un ángulo, el arquero, y todos sus compañeros quedaron asombrados de ver lo que podía hacer ese humilde chico con pies de codorniz. Ese gol cambiaría su futuro.

Al minuto 30 Clemente volvió a demostrar su fabulosa técnica y estilo de juego, y marcó otro golazo. Pasaban los minutos, y casi sobre la hora, impactó el balón desde mitad de cancha, realizó un efecto espectacular, parecido a un ave volando, y comenzó a descender cual codorniz impactada por una gomera, hasta clavarse en el fondo de la red, un golazo de Clemente, para anotar un Hattrick, y coronarlo con el así bautizado Tiro de la Codorniz.

Pasaron los días y los entrenamientos, y Clemente seguía haciendo de las suyas ejecutando el tiro de la codorniz, imparable para todos los arqueros. Pasaron los partidos y el equipo juvenil de Magos, definía el campeonato en la última fecha contra la Berenjena de tu Vieja. El arbitro hizo sonar el silbato y la lucha comenzó...

A los 30 minutos del primer tiempo Magos perdía 3-0, y el campeonato se les escapaba de las manos normales, y manos de pato de Clemente.
A los 35 minutos el habilidoso delantero, compañero de Clemente, Diego Armando Pérez, después de eludirse al arquero quedó solo delante del arco vació, pero Clemente le había atado los botines y como tiene las membranas húmedas, los cordones mojados se desataron, y Diego se rompió el tabique contra el pasto. En su lugar tuvo que entrar el amigo personal de Clemente, Camilo Acosta. Se notó que los dos eran amigos, porque al final del primer tiempo, hicieron una espectacular pared, y Camilo definió como los mejores.

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